25/1/13

CAFE-ARTE ALFONSINA


El “Café-Arte Alfonsina” funcionó en la calle Billinghurst 1148, Buenos Aires – Argentina. Tal vez comenzó a gestarse por mi inclinación hacia las artes y porque tuve un padre –Rafael Blasco-  que al comprar esa casa decía que Roberto Billinghurst era el único inglés que valía la pena. Eso influyó en el momento de decidirse por una propiedad adquirida con mucho sacrificio.  Yo lo escuchaba arrobada –como casi todas las hijas mujeres cuando tienen un padre íntegro. El comentaba  que el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata le había dado la ciudadanía argentina por sus servicios a la independencia y por tal motivo merecía ser el primer extranjero naturalizado en 1815. También decía que había sido artillero. Años después regresé a mi casa y la transformé en el CAFE ALFONSINA, con la ayuda inestimable de Adriana Vega y su familia. Debutamos –nada menos que con Humberto “Cacho” Costantini –recién llegado del exilio- diciendo sus milongas acompañada por la guitarra de Graciela Testa. Osvaldo Avena y Hamlet Lima Quintana haciendo contrapuntos. El día de la inauguración no faltó nadie, desde “Pepe” Colángelo homenajeando mi piano, Chico Novarro, Rubén Derlis, Horacio Ferrer hasta Inda Ledesma –por nombrar algunos. Los amigos uruguayos Leoysa y José se ocupaban  de los emparedados –casi siempre quemados porque a todos nos resultaba más atrayente disfrutar de los artistas. Los domingos había funciones gratuitas de títeres para los chicos de la cuadra, con obras Javier Villafañe. Había un día dedicado para que se expresaran los habitues, contábamos con piano, guitarra, percusión y por supuesto sonido. Día libre para la poesía, el canto y las manifestaciones plásticas. Yo venía haciendo el “NUNCA MÁS” (escrito por mi)  en distintos escenarios y como era de esperar dediqué un día  para el Café-Arte Alfonsina. (Este espectáculo lo interpreté –además- en España en distintos Ayuntamientos. Guardo de el, el mejor  de los recuerdos, también allí se formaban mis hijos. Lo llamaban simplemente: Café de postguerra.