LA CASA (Romance en Colastiné)
La tierra se deja acariciar por el río
eclipsa el silencio una  bandada de cardenales 
o alguna crespina llorona.
La tierra y la  mujer son templos de asombro.
El río y el hombre navegan  en lucha hacia el mar.
Ella le muestra la casa con lazos de juncos 
él lleva  montes de espinillos.
El l más fuerte se prende como sanguijuela
cuando le adornan la soledad con ternura.
Cruzaron los ríos peces de hechizo 
para sellar el instante de amor. 
El banco de arena contempla  la casa;
 isla flotante y camalote en flor.
 
