18/11/11

El Perseguidor” de JULIO CORTAZAR


El escritor nació en Bruselas, murió en París, pero es considerado latinoamericano por excelencia.  La mayor parte de su obra -aun la escrita en Francia- está en castellano.
Describió como pocos los personajes y lugares de Buenos Aires. “Torito”, el Bar Suarez, el barrio del Abasto. Además de emplear un lenguaje netamente porteño, incluyendo las marcas de consumo del momento: cigarrillos, galletitas, etc.
El personaje Johnny, músico mal pago, enfermo de sensibilidad, alcohol, marihuana y de neumonía vive con una mujer -de la que ya está cansado, mejor dicho lo tiene harto- en un hotel de mala muerte.  Tiene contrato por un mes, quince días toca en la boite de Rémy, en agenda dos conciertos y  días de grabación. 
El músico hace disquisiciones consigo mismo mientras viaja  y  pierde su saxo en el Metro.  Su amigo Bruno lo visita y lo encuentra enfermo; es allí cuando en su delirio le relata todo lo que piensa viajando en el Metro. Siente a  su vieja en la estación Lan. Recuerda a los chicos compinches. Se ve niño; caminando por su barrio. Su vida pasa a través de las  estaciones.
Equipara los  tiempos andados  con el tren. Viajar en subte es como estar metido en un reloj. Las estaciones son  para él: los minutos.  
El final previsible de su muerte dudosa (intoxicado) nos enfrenta con el dolor de las interpretaciones simplistas de quienes primero lo consideraron un perseguido y después que los retazos de su vida complicada correspondían a azares del cazador y no al animal acosado.