25/11/13

BATAHOLA DE PALABRAS


Viajo sin mapas ni agentes turísticos,
 sé dónde voy
las palabras son mi mapa. 

Si me pierdo, las dibujé con clavo caliente
alrededor de mi ombligo


1/11/13

La mariposa negra (cuento)

LA MARIPOSA NEGRA (cuento)
A MAGDALENA
A RAFAEL
en la galaxia en que estén

Corrían los años treinta, habían terminado los años locos. La gran ilusión de que no iba a haber más guerras. Doña Magdalena planchaba camisa tras camisa de sus seis hijos varones, y de vez en cuando miraba el cielo desde su ventanita de madera. La tarde era hermosa, apacible, había un silencio inusual en el patio; un desgano pesado se apoderó de ella. Se sentó en el banco de madera llevándose la mano a la cadera redonda y maternal, trató en vano de darse ánimo. Sus hijos estaban en la calle. Pasaban tantas cosas. Su marido traía historias raras del café. Decía que desde noviembre del 29 con la caída de la bolsa en Nueva York había comenzado todo, que la Argentina no podía vender carnes ni trigo. Ella no entendía de esas cosas, puso una brasa en el azúcar y luego la metió en el mate, el agua hacía burbujas grandes, trató en vano de distraerse. Se oyó un grito en el patio y un: si se lo contás a la mamma te mato. Angelina y José regresaban del colegio y como siempre él le tiraba el pelo. Los vio entrar en la pieza, pensó que su vecina vivía más tranquila, tenía los hijos chicos, estaban siempre cerca suyo: en la pie¬za, el patio o en el baldío de al lado. Por las noches se le arremolinaban todos, los dos más chicos dormían en la cama grande. En cambio ella esperaba horas enteras que se fueran ocupando las suyas. Nunca le había preocupado no haber tenido hijas mujeres; sin embargo ahora que se hablaba de anarquía y de la ley marcial sentía que si hubieran sido mujeres plancharían y coserían adentro como ella.
Los muchachos habían salido todos buenos, no se podía quejar, el único que no tenía trabajo era Eugenio y los otros lo ayudaban. Siempre le daban para el biógrafo, lo alentaban: ya vas a conseguir trabajo, Rafael le pidió al patrón que te haga entrar al taller. A Rafael lo quiere el patrón. Vas de aprendiz, los primeros tiempos no te va a pagar, pero Rafael te va a dar para el tranguay; de paso aprendés el oficio. Con él fue así ij ahora está bien. No gana mucho pero se defiende. Mirá los que viven en los puentes de Palermo, nosotros no nos podemos quejar, el viejo todavía puede trabajar y la vieja se las arregla siempre.
Rafael. El mayor de sus hijos. El más serio. El más sufrido, con su ojo desviado. Con su pelo retinto como ella. Con sus manos callosas de tanto pulir los esmaltes. Por qué le costaba tanto reto¬mar la plancha. Por qué se había quedado con la camisa a medio hacer. Removió las cenizas de la plancha y agregó más carbón. Había que seguir, mañana era sábado, los muchachos volvían más temprano. No quería planchar delante de ellos. No quería que la viesen con las camisas. Después de todo era mejor tener camisas que bombachas, como la de la última pieza. Cómo se las arreglaría la pobre Ofelia para casarlas en esta época. Casi siem¬pre parían juntas. Ofelia mujeres, Magdalena va- roñes. Ella tenía más leche, los varones chupan más fuerte. Ella usaba los martes la pileta, Ofelia los miércoles. Mientras lavaba los pañales a Magdalena se le iban poniendo tensos los pechos. Sentía que se le hinchaban como empanadas en aceite caliente. Debía apurarse con la ropa, tenía tanta para lavar, en cualquier momento berrearía el hijo menor. Seguramente el chico estaba al despertar porque la leche le caía por debajo del vestido y le corría por las piernas. Los hijos varones chupan más fuerte. Es mejor que tener colgadas bombachas aunque una esté más sola.
Ahora la plancha corría presurosa. Ya se es¬taba escondiendo el sol y Magdalena tenía que te¬ner las camisas planchadas. Cuando mojó la última una mariposa negra entró en la cocina. Le dio dos vueltas a Magdalena y se posó un segundo en su frente, para salir despavorida por la ventanita; ella se llevó la mano al pecho y reprimió un grito que quería salírsele de la garganta. Terminó como pudo v puso a calentar el puchero del mediodía. Ya era hora de que llegaran.
Los primeros fueron Eugenio y Armando, después lo hizo el vieio. Eugenio había caminado toda la tarde. No confiaba que el aprendiz se fuera, todavía no sabía el oficio y la mesa era para tres. El cuarto lugar lo alquilaba un engarzador.
Magdalena no podía apartar de su mente la mariposa. Qué grande era. La primera que había visto esa temporada. El viejo se puso a hablar con Armando de la legión cívica, de los camisas negras, de los robos a los bancos. El viejo no estaba de acuerdo en que hubieran depuesto a Yrigoyen. Armando hablaba de los fascistas. Magdalena retrasaba el fuego. Hoy se demoraban los muchachos.
Al rato llegaron Agustín y Oscar, se unieron a la discusión. Armando preguntaba por qué no daba elecciones Uriburu había hecho bastante biógrafo con su coche descubierto, rodeado de cadetes militares. Le tiraban flores como si fuera una reina. Agustín en cambio opinaba que por fin habían matado a Di Giovanni y Scarfó. Que el romance de Di Giovanni con la hermana de Scarfó sólo interesaba a los que leían Crítica. El viejo exigió el puchero, los que no estaban que comieran un sandwich de mortadela. Magdalena sentía la frente helada; un sudor frío la iba cubriendo. Los muchachos le festejaron el puchero. El viejo preparó y encendió su cigarro, luego se encaminó hacia el café. A ella le temblaban los platos bajo el agua. Había que matar a los anarquistas. La primera vez que se quebraba el régimen constitucional. Y qué le importaba eso.
Ella sabía que a la salida del taller Rafael merodeaba la ventana de Rosita. El padre no lo dejaba entrar, y Alberto iba al café, pero hoy era demasiado tarde. Dejó escurrir los vasos en la mesa, sintió pisadas que se acercaban por el empedrado. Salió al patio secándose las manos en el delantal. Se asomó a la calle, oyó un revuelo, varios muchachos corrían, uno gritó: la policía, la policía. En el tumulto vio a Alberto, el corazón quería salírsele del pecho. Abrió la puerta de par en par para cobijarlos, como cuando los corrían por la pelota. En ese momento oyó otro grito: “Alto” y una bala se dirigió a la frente de Rafael. En ella Magdalena vio posarse la mariposa negra.

28/10/13

A LOS QUE ME SIGUEN


A VOS
Sobreviviente de una dinastía de elegidos
que pugnas por salir del pozo
al que te quieren condenar
confiscado en la perversa rutina.

Juntás día a día versos con música 
pinturas y cintas desolados
en bolsillos de destierro de lavaderos ajenos.

Buscás develar el misterio supremo
con el corazón en la mano y entregado.

Con timidez mostrás
tus palabras 
caídas en el infierno de la nada.
Ni siquiera te ahorran el simulado disfraz
de loco a sabiendas

Tenés la angustia primigenia
de los por qué hasta ultratumba.
Sos exiliado en el propio territorio de tu casa
con páginas y pentagramas  

Sabé de una vez por todas
nunca
aquellos que visten trajes de mediocridad
te darán el lugar
aunque convengas al status.

Será con pudor el simple humano que te descubra
e intransferible la mirada que de él recibas.

Y siempre será tu par el que te comprenda.

Tal vez no lo encuentres en el siglo
que te toca vivir
o haya muerto antes de tu venida.

Es el precio del canto que te contiene.

10/10/13

DÍA DE LA DANZA

Mi primer novela -dedicada a los nueve bailarines del Teatro Colón, muertos trágicamente el 10 de octubre de 1971. Me dio muchas satisfacciones (dos premios) (uno como inédita) y la portada del talentoso y generoso Vicente Forte

7/10/13

LO MEJOR QUERIDA PRESIDENTA

Como lo bueno (y lo malo también) LLEGA. Le deseo lo mejor a la mejor Presidenta y única (votada por el pueblo) y que Dios ilumine las manos y las mentes de los médicos

21/9/13

a PUGLIESE



A la hora del reparto todos se apresuraron a recibir la ración de los dioses. Ayudaban en la tarea ángeles de distintas cepas: ya sabemos que los hay buenos y otros non tan sanctos. La orden fue repartir alas y ni lerdos ni perezosos todos trataron de conquistar las más grandes con las que intuían –en un futuro cercano- el manejo del poder.Él no empujó a ninguno para obtener el beneficio, ni pensó en poseer las alas del halcón, ni de otras aves depredadores, se diría que quiso pasar desapercibido, pero, como mirlo blanco sobresalía en todo.

Un día la diosa de las artes se percató de que no eran sus manos las que volaban en el teclado si no que aquellas alas acariciaban el piano. Para darle más brillo al plumaje le insufló la inspiración eterna, y como yapa y por si fuera poco le regaló: La Beba-

30/8/13

Presentación del libro "SIN TIZA NI PIZARRÓN"

http://youtu.be/dh59T4IQl4E   Presentado por Horacio González, María Pía López y Adriana Vega

16/8/13

9/8/13

Juan Cabandié

Lo voto porque es un nieto recuperado, por su trabajo, valentía y dignidad

Daniel Filmus

Lo voto por lo realizado en Educación, por el Canal Encuentro, por su preparación, valentía y honestidad

26/5/13

EL NÚMERO (cuento con premio)


   Pensó en el escriba Carver, en Los 400 golpes, en los dos mil euros, la necesidad. La obsesionó el poco espacio, los bordes, los puntos, la longitud, las matemáticas con las que nunca me llevo, no NO fue al grano: iban cuarenta y cuatro.
   Nunca la había perturbado la hoja en blanco me exaspera el límite; la hoja alba es  la inmensidad, el juego perpetuo, la anchura.
   Peleaba y peleaba con la asignación,  la discriminación,  la tutela, el arbitraje académico y la mar en coche.
   Lejos de sentirse sola por la falta de coincidencias entendía más y la entendían menos ¿y la franja de Gaza?  la palabra límite no debe existir     afirmó-   ya iban ciento dieciséis.
  Al 16 le tenía mucha inquina porque su madre había muerto un dieciséis y el 100 no le gustaba porque tenía aprehensión a los ceros: enfatizaba  no es lo mismo si van adelante o atrás ¡y todo por las convenciones!   En general se llevaba mal con todos los números.
   Admiraba a García Márquez pero le reprochaba su trabajo de periodista. El cineasta   Truffaut la   seguía inspirando pero convenía  que hacía mucho tiempo había dejado   de usar la máquina de escribir.
 A ella le reprochaban  no  trabajar en algo seguro   viviré en  la vía antes ser docente,  atarme a los copetes o limitar las palabras   ya iban doscientos veinticuatro  ¡otra vez  el cuatro! ¿qué querrá decir?
   No afligirse queda resto, iba a juramentar  su amistad con los  paréntesis, las  matemáticas,  encuadres de cámara y demostrar su distinción por  el pequeño ángulo que deja la sombra de una hoja.
   Su  familia no entendía en qué empleaba el tiempo,  ella  sabía hacer sus cálculos y hacer valer sus treguas defiendo a ultranza la pensión del escritor ¡por si alguna vez me toca!
   No tenía problemas con los graffiti,  símbolos,  marcas del tiempo, pancartas,   géneros mezclados. Reía con la piratería de las leyendas,  veneraba las utopías en general : acaso no son una mixtura de  utopías y emblemas un Obama  destapando ollas en Guantánamo o  ¡a la Argentina no llega la crisis mundial!   
    Preguntó si  los ángeles de Marechal no habitaban  Buenos Aires junto a  los demonios siempre dispuestos a activarse y comprendió su tiña al margen  no es lo mismo que márgenes.
   Ese silencio de algunos, ese borde sin analizar  podía significar si desaparecieron por algo será; ya iban cuatrocientas palabras ¡listo! la  minificción para el concurso.   

  

13/4/13

CUENTITO DEL ÚLTIMO SUEÑO



La monarquia papal hacía un mea-culpa por el sacrilegio de eliminar religiones a lo largo de latinoamérica y ella conmovida tomó  la primera  comunión.

23/3/13

AHORA LO PIDE BALTASAR GARZÓN

Ahora no lo pido yo si no -nada menos- que Baltasar Garzón: papa Francisco posibilite la apertura de los archivos de la Iglesia Católica en los años de plomo en la Argentina

6/3/13

ASÌ ESTABA EL CIELO DE CUBA ESE ATARDECER

Estaba en Cuba cuando el Comandante Chávez partió. Negué la realidad -por dolorosa. Salíamos de un evento que nos ofreció la Embajada Argentina en ese país, a raíz de la participación en la Feria del Libro y cuando regresábamos a Baracoa vimos partir el avión. La persona que conducía el carro dijo que había mucha seguridad y no sabía por qué. Al rato por Radio Reloj se informó de su partida. Creí que regresaba liberado de su enfermedad; a pesar de que me habían confirmado lo contrario. Iba a morirse en su querida Venezuela. No sé por qué fotografié ese anochecer     

25/1/13

CAFE-ARTE ALFONSINA


El “Café-Arte Alfonsina” funcionó en la calle Billinghurst 1148, Buenos Aires – Argentina. Tal vez comenzó a gestarse por mi inclinación hacia las artes y porque tuve un padre –Rafael Blasco-  que al comprar esa casa decía que Roberto Billinghurst era el único inglés que valía la pena. Eso influyó en el momento de decidirse por una propiedad adquirida con mucho sacrificio.  Yo lo escuchaba arrobada –como casi todas las hijas mujeres cuando tienen un padre íntegro. El comentaba  que el gobierno de las Provincias Unidas del Río de la Plata le había dado la ciudadanía argentina por sus servicios a la independencia y por tal motivo merecía ser el primer extranjero naturalizado en 1815. También decía que había sido artillero. Años después regresé a mi casa y la transformé en el CAFE ALFONSINA, con la ayuda inestimable de Adriana Vega y su familia. Debutamos –nada menos que con Humberto “Cacho” Costantini –recién llegado del exilio- diciendo sus milongas acompañada por la guitarra de Graciela Testa. Osvaldo Avena y Hamlet Lima Quintana haciendo contrapuntos. El día de la inauguración no faltó nadie, desde “Pepe” Colángelo homenajeando mi piano, Chico Novarro, Rubén Derlis, Horacio Ferrer hasta Inda Ledesma –por nombrar algunos. Los amigos uruguayos Leoysa y José se ocupaban  de los emparedados –casi siempre quemados porque a todos nos resultaba más atrayente disfrutar de los artistas. Los domingos había funciones gratuitas de títeres para los chicos de la cuadra, con obras Javier Villafañe. Había un día dedicado para que se expresaran los habitues, contábamos con piano, guitarra, percusión y por supuesto sonido. Día libre para la poesía, el canto y las manifestaciones plásticas. Yo venía haciendo el “NUNCA MÁS” (escrito por mi)  en distintos escenarios y como era de esperar dediqué un día  para el Café-Arte Alfonsina. (Este espectáculo lo interpreté –además- en España en distintos Ayuntamientos. Guardo de el, el mejor  de los recuerdos, también allí se formaban mis hijos. Lo llamaban simplemente: Café de postguerra.   

18/1/13

CICERONE DEL ALMA - JORGE ENRIQUE GÖTTLING



       Ninguno de los muchos premios otorgados al alemán Göttling fue tan justo y  apropiado  como el Don  Quijote.
   Compartí un café semanal con él durante treinta años. Y digo uno porque muchas veces fueron dos. Hay que tener en cuenta sus viajes y mi viaje obligado por escasos meses en el 79.
Todos los que lo tratamos sabemos perfectamente que fue un caballero. Un hidalgo con la mirada puesta en lo cotidiano. Más precisamente en la gente que deambula por esta ciudad, a la que él hizo suya –aunque nació en Salta. Fue un caballero andante que buscó aventuras para sus notas.
Sólo una pluma noble como la de Jorge Göttling pudo rescatar del olvido a personajes que se desangran por dentro: mujeres y hombres  nebulosos, con la bruma de algunos  atardeceres.
Con su inseparable cigarrillo –sólo oculto al final -en su casa- y largos cafés, fisgoneaba como al pasar lo que acontecía en Buenos Aires. Le dolía tanto el hombre divorciado haciendo malabarismos por contentar a su hijo una vez a la semana, como la muchacha de la noche, incitada a prostituirse. El pibe, que la patota -aparentemente inofensiva- le hacía bullas o la mujer que, como bien dice el tango – y de eso sabía mucho-  nunca tuvo novio, se conservaba casta y en vías de pasarle el cuarto de hora. Ni qué hablar del  muchacho que hacía la cola del diario,  para recibir menesterosamente la dádiva  de  la edición, solamente de avisos, con los que después haría la otra interminable cola de la humillación para  no conseguir trabajo.
El alemán no se atrevía a ser escritor;  sólo publicó “TANGO, melancólico testigo”  obra en la que recopiló sus peripecias surgidas de  noches  y reportajes sobre el  género  que amó.  Dije no se atrevió,  porque al  presentarme a Horacio Barthes (otro periodista fallecido) lo hizo de esta manera: “ella es escritora, se atrevió. Nosotros no.” En ese momento no entendí sus palabras pero a juzgar por la manera que las recibió el colega; fue un piropo. Tampoco ahora las comprendo demasiado, porque Göttling era un cuentista nato que usaba sus personajes a los que semblanteaba  para  ponerle todos los  finales, aunque el final fuese abierto y con maestría  dejaba en suspenso. También era  poeta,  si consideramos como cierto el poema  Autopsicografía  de Fernando Pessoa;  “El poeta es un fingidor./Finge tan profundamente./Que hasta finge que es dolor./El dolor que de veras siente./Y quienes leen  lo que escribe./Sienten, en el dolor leído,/No los dos que el poeta vive,/Sino aquel que no han tenido./Y así va por su camino,/Distrayendo a la razón./Ese tren sin real destino./Que se llama corazón.”
El galardón especial Don Quijote de los Premios de Periodismo Rey de España, fue creado para distinguir el trabajo de mayor calidad literaria. Y vaya si sus laboriosas faenas tienen calidad literaria. Fue un conocedor profundo del lenguaje, un prestidigitador que esgrimió la síntesis como recurso y en cada frase abrió nuevos mundos al lector atento.
Cuando Jorge recuperó la respiración  al enterarse del premio no buscado, dijo: ¨Este premio es la culminación de mi carrera. Aceptar, al fin, que he reparado partes oscuras de mi historia y que he devuelto mucho de lo que la calle me enseñó”.
Tal vez sus partes oscuras fueron el haber VIVIDO EL TANGO y  hacer carne muchas letras que por su condición social, -a veces marginal- hacía suyas. Con la llegada del  hijo y  un enorme esfuerzo personal fue superando las cargas más pesadas y que lo ponían al descubierto de su vulnerabilidad.  No así el cigarrillo -su compañero inseparable hasta último momento-  al que su organismo no pudo soportar con esas embestidas.
La calle le enseñó y fueron precisamente las de de Buenos Aires, sus protagonistas, sus oficios, mezquindades, algarabía y también sus fanfarronadas las que le sirvieron de  crónica para todos sus mosaicos.
Su columna titulada MIRADAS y en especial una de ellas “La espera del ciruja de Plaza Francia” fue la que el jurado de España distinguió.
Semana a semana sus lectores abrieron el diario Clarín para  encontrarse con  artículos antológicos.  De esto da  cuenta la cantidad de e-mail que recibía.
Fueron pequeños ensayos sobre la vida, casi siempre impregnados de nostalgia, sin olvidar la urgencia descarnada del aquí y ahora. Y siempre la virulencia de una ciudad pronta  para lo malo y lo bueno y los estragos del tiempo, con el que ni dios puede. Sus narraciones calaron hondo en la psicología de los personajes. Vivimos con ellos sus pesares, entrando en un mundo medular de sentimientos y con el ropaje de sus propios huesos. Duelen hasta sus posturas.
Göttling fue un conocedor profundo de la música del río de La Plata  y  también protagonista insoslayable de su historia y  costumbrismo arrabalero que involucra no sólo a poetas, músicos, bailarines y chamuyetas del gotán, si no a toda la gente de esta parte del planeta. Y desde hace mucho, del mundo entero. Recordemos que en Turquía  muchas parejas celebran sus casamientos con “La Cumparsita”.
También su libro fue seleccionado por la Cancillería Argentina. Representó al país en la Feria del Libro de Madrid.
Para recibir el premio debió viajar a España, lo que significó para él un tremendo esfuerzo. Se lo entregó directamente el Rey.
Partió de este mundo el 26 de agosto del 2006. Sólo por pedido de otro amigo entrañable –Rubén Derlis- y cuando la deuda por intereses poéticos es muy abultada, puedo escribir estas palabras.

4/1/13

EL LADO TANGUISTICO DE JOSÉ PORTOGALO





Tratar de desentrañar el alma de un poeta o analizar la poesía es una tarea difícil y apasionante al mismo tiempo. Entramos a un mundo lúdico y misterioso. Los laberintos imaginarios también se adueñan de nuestro sentir y creemos aprehender la verdad lo que no deja de ser irrelevante. En  el juego de imaginar siempre quedan dudas. Por otra parte así debe ser. Lo importante al leer un libro es lo que modificamos de nosotros mismos después de transitar sus páginas. A veces nos identificamos con un solo verso o comprendemos que esa cortina era la que queríamos descorrer pero no lo sabíamos.
Si a todo esto se le suma ahondar en nuestra expresión ciudadana,  se complica  
mucho más, pero se le agrega un atractivo de yapa.
En principio para intentar ver el costado tanguístico de José Portogalo vamos a aproximarnos a poetas y letristas. Aunque lo uno no invalida lo otro.
La primera pregunta que surge es cuál es el límite que separa el verso que puede ser cantado del poema. Con qué sutil centímetro medirlo. En los vericuetos del tango entra además la identidad surgida de los barcos. Teniendo en cuenta que esa mixtura dejó como saldo un sonido salvaje atado a recuerdos hondos.
 Es una música esquiva que  para acceder a ella nos arroja a  un abismo . Con el fin de que nos miremos desde nuestras propias cavernas. 
El letrista sabe relacionarse con músicos y es más verboso en la tertulia. El poeta es más tímido, posee una sicología más escondedora. En tren de elucubraciones podemos pensar que el primero está dispuesto a hacer amansadoras en lugares por aquellos frecuentados, para entregarles sus versos. Pero no siempre es así. Además se puede escribir la música y después la letra y otras exactamente al revés.   Aquí surgen más preguntas: por qué algunos escriben tangos y otros le conversan al tango.
Es como si sólo orillasen ese misterio. Muestran el esqueleto de una idea y se guardan el corazón de la misma.
Tampoco podemos obviar el papel definitorio que ejerce la aceptación popular Ese  beneplácito influye incluso en obras sucesivas.
 La cancionística tiene sus reglas.  Es más fácil acceder cuando un letrista puede ofrecer  variedad  y cantidad en cualquier momento. Los puntos de vista varían de acuerdo a las modas; aún en épocas de marcaciones libres. Pero existe un ritmo musical, pautas sutiles y sobretodo una sencillez y síntesis que la hace más vulnerable al tratamiento.
Sin embargo no podemos deducir que José Anania, el italiano nacido a principios de siglo, que adoptó el seudónimo de José Portogalo se quedó en lo simbólico del género, o que le hayan faltado modelos métricos para la definición del 2 x 4. El poseía dominio de las estructuras, las formas, los metros y los ritmos.
Portogalo echó nuevas raíces en Buenos Aires y sus barrios y gentes fueron su constante inspiración. Se desprende que tuvo mucho por decir y no quiso manejar extractos. Tal vez un exceso de respeto a pesar del apronte. Un desmedido celo en el territorio y un abrirse luego al coloquio configuran el resultado de Letra para Juan Tango (1958).
Si nos atenemos a su primer obra "Tregua" (1933),a través de la editorial del grupo de Boedo "Claridad" ; no se aparta de lo modelos tradicionales  y sólo en "Tumulto" (1935) con el que obtuvo (no sin escandalo)  el premio municipal,  rompe el cuño y la tonalidad. Esta segunda colección de poemas tuvo ilustraciones de Demetrio Urruchúa. El mundo cotidiano, los personajes laburantes, el quehacer diario son retratados, pero es el recuerdo de la infancia la que lo conmueve. En uno de los poemas de esta selección se pregunta: "¿Qué voz es la que pule mi garganta de niño?" Su poética dará siempre respuestas a esta pregunta. Tendrá luego una concepción menos esquemática, la del "realismo romántico" así definida por Raúl González Tuñón. En la que pueden inscribirse César Tiempo, Nicolás Olivari y después Mario Jorge de Lellis. Ya en su libro inicial define su ambición: "Junto a mi corazón que era una brasa,-creció este anhelo mío de alcanzar la suprema- maravilla del arte en un poema". En esta entrega también une los dos pueblos,costumbres y cultura.
Otros de los puntos a considerar en la poética de José Portogalo, es la asimilación lingüística, ya que la lengua materna era otra. Asumió un idioma que si bien es consanguíneo del latino natal, no ha sido el de sus primeros balbuceos. Con qué facilidad captó la lengua. No es ajeno a esto el amor que le inspiro esta ciudad, sus recovecos y sus habitantes con todas sus obsesiones. El supo poner en claro el bosquejo que cada uno lleva dentro y darle acción a la palabra de los que la tienen vedada. No hay que olvidar que en cada hombre hay un poeta escondido. Supo de entrada que lo que hacía era un acto de solidaridad histórica y puso en práctica esta retentiva que vuelve de nuestros ancestros para insertarse en el futuro. 
Cómo iban a alcanzarle los dos minutos de un tango para denunciar: "Disculpadme, compañeros poetas, este cartel sin Poesía/  Pero hay hambre en el mundo, hambre en las bocas del mundo. Y yo tengo un par de gritos violentos y unas ganas tremendas de vivir".
Las expresiones folclóricas muestran el sentir de un pueblo y el tango expresa la modalidad ciudadana; no podía  limitarse si además de su procedencia le inquietaba el mundo, artistas nacidos en otras latitudes y su problemática. Baste recordar su homenaje a García Lorca en el libro publicado en 1937 "Centinela de sangre": "Ay Capitán de palomas, /ay, niño, qué niño, y ángel./ Pienso que un bosque de estrellas/madura, fiel, en tu sangre./Oh, Capitán de palomas:/¡qué frío, qué duro el aire!/Y  tú mezclado a la tierra/con la raíz de los árboles,/.
La técnica literaria no tiene secretos para Portogalo, así como la fineza de su oído musical. La diversidad se manifiesta alternando romances y sonetos ¿podía escribir letras o no?
Toda poesía encierra un enorme compromiso, el que la aborda está en crisis permanente y  ésta  se somete a los riesgos inequívocos del pacto latente. Ese que lo acompañó siempre.  Es una  épica que no soslaya personajes marginales  sin perder lirismo. No busca efectos, están enraizados a su sentir, con  hondura que estremece por lo simple.  En Ronda de pordiosera  que pertenece a
"Canción para el día sin miedo" (1939)a un reclamo de ésta le canta el coro de los pájaros "Ronda la ronda que ronda ronda. Levanta el río sus verdes aguas. La vida tiene color de espacio,polen y rosa como la infancia".
 Los críticos con certeza lo han ubicado dentro de una línea social, comprometida y militante. Heredera en buena medida del "Grupo Boedo".
La poesía como un buen vino hay que beberla lentamente y con Portogalo sólo en una relectura podemos cumplir con este precepto. La primera vez lo hacemos con el énfasis que él transmite.
Al poeta que le gana el letrista sabe ubicarse sin vueltas y va directo al objetivo. Aunque a veces falte profundidad.Es bueno sincerarse en esto.En oportunidades no poseen giros poéticos que definan un cuadro de situación,otras  se cae en el grotesco.  Portogalo prefirió pasear detenidamente por su verbo a: Juan de Dios Filiberto,la milonguita, la parda Flora, la turquita, el  coro barullero  de Triunvirato y Canning, Villa Crespo con su vereda de potreros. Sin olvidarse de la cuna de gorriones que albergaba el Maldonado, ni el lustrador de pisos para el baile: /El Mocho virutea los ladrillos/para hacerte más plástico, más que fresco/ en la danza que suelta tu glicina de patio./
Apelaba al discurso con un grito sostenido. Construyó una poesía huracanada por la belleza de las cosas puras. Ensalzó un tango que se empeñaba en ser taita y era "gajito de cedrón"y fue siempre fiel a su origen y al poeta de barrio del que se nutrió.
En " Mundo del acordeón", editado en el año 1949, proclama : "¡Lindo el tango que tenía entonces asomos fieros!" y retrata con soltura: "era luz en entreveros de abultada picardía" para monologar interiormente: "su corte que, a lo porteño, con la fama se tuteaba".  A este libro pertenece también la sentida  oda elegíaca del padre que llevó una aurora en los hombros.
Letra para Juan Tango, lleva el sello del año 1958 y en su canto no falta ninguna imagen de la ciudad. Ningún personaje que no esté emparentado con la expresión ciudadana. Es una postal de recuerdos con sus cafés fileteados, sus plazas, sus peringundines, su pan negro y el blanco. El ganado con el sudor de la frente y el birlado. El  Morocho del Abasto, aquél que tiene carne y hueso de pueblo en su garganta y calandria matutina sobre su hombro.
El solía expresar que la poesía tiene muchas caras, y una de ellas es sin duda la que necesita ser musicalizada.
Una moneda efectivamente tiene dos caras. Una puede tener inscripto un verso que un día por obra de algún músico se convierte en canción o viceversa.
Intuyo que de todos los epitafios de José Portogalo el que más le cabe es:  "Mi epitafio es la letra de un tango sin posdata"; y prefiero guardar sus palabras:"Pero amigo, a mi se me hace/que el tango nació en el mismo/ corazón de Buenos Aires/¿Cómo? ¿Cuándo? ¿De qué sitio¿ /No le hace..."