Sé que es muy difícil dejar de lado lo aprendido por décadas y hasta por siglos. Y que es una tarea de pocos, salir del oprobio. Hay que tener en cuenta que muchos son hijos, nietos, o bisnietos de genocidas A NO DESCUIDARSE. Aunque un amigo mío, ayer (él es peor que yo) me dijo que muchos son así porque sí.
Tengo tanta consideración por los hijes de genocidas que repudian a sus padres como el trabajador que me dijo: no me va a alcanzar la vida para reprocharme haber votado a macri.
Tendría que agregar la pena que me dan los necios (algunos les fue bien pero sólo se miran el ombligo) y siguieron diciendo: si vuelven esos negros de mierda y volvemos a Venezuela: ME VOY. Sin reconocer que el nefasto nos llevó a lo que llaman Venezuela.
Ya hay amenazas, se quejan por cosas que aún no sabemos y otras; los impuestos al campo porque los insumos son caros como los fertilizantes. Dejo de lado que hace más de 20 años se le regaló al INTA el método de Agricultura Natural de Mokichi Okada donde no son necesarios (tema para otro estudio)
Estoy feliz. He llorado mucho. Todavía estoy conmocionada y me quedo con lo que también ayer me dijeron dos amigues y espero sea así: lo mejor no es la votación si no que el pueblo se dio cuenta.
Pido y me pido que tengamos mucho amor, paciencia para reconstruir nuestra querida PATRIA, y que todos los hades iluminen a los que gobiernan. (15 de diciembre de 1919)
