MOKICHI OKADA (MEISHU-SAMA)
Todos saben
que en todas las épocas ha habido suicidios, pero parece que el número ha
aumentado en los últimos años. Siendo así, podemos decir que no hay relación
entre el suicidio y el progreso de la cultura.
En cuando a
la causa del suicidio, parece que hay diferencia entre la de los extranjeros y
los japoneses. Según nuestra apreciación, el motivo de los suicidios de los
extranjeros es el sufrimiento de naturaleza sicológica. En la época feudal de
Japón, prevalecían los suicidios por motivos nobles, como una expresión de
disculpa, como una forma de advertencia al señor feudal, o como prueba de su
inocencia. Por tal razón se les rendía cierta devoción. Tal es el caso del
general Nogi (1849-1929) máximo general en la era Meiji.
Sin embargo,
puede decirse que en la actualidad no existe este tipo de causas. El caso del
suicidio del estudiante Yamazaki, un usurero quien llegó a ganar fama, y a
tener un suceso económico fugaz, y que más tarde se vio en una situación acuciante,
tal vez para huir del sufrimiento o como un modo de disculparse. Pero
analizándolo bien, fue un acto de extrema irresponsabilidad, pues luego de
haber ocasionado graves perjuicios huyó hacia el otro mundo sin haber eximido
sus culpas, lo que puede ser calificado como un acto condenable. En Realidad,
Yamasaki debería haber hecho todo lo posible para vivir y pagar, aunque sea una
pequeña parte de los daños ocasionados. Pero al no haber actuado así se lo
puede considerar como un cobarde. Lo propio puede decirse de los escritores que
últimamente son noticia por sus suicidios calificándolos como irresponsables.
Quizás hayan querido poner fin a sus sufrimientos ocasionados por su propia
inmoralidad, pero no dejan de ocasionar profunda angustia a sus familiares y
allegados. Lo que quisiera recalcar, es que hay un grupo en la sociedad que
alaba a este tipo de suicidas pero podemos decir que están haciendo algo así
como alentar una especie de delitos. Como prueba de esto podemos citar el caso
del suicidio de Hidemitsu Tanaka, quien se quitó la vida frente a la tumba del
escritor suicida Dazai. Pero no es sólo esto sino donde Dazai se suicidó, aguas
arriba del río Tamagawa, decenas de personas hicieron lo propio, lo que es el
colmo de la necedad.
Otro ejemplo
de lo que mencionáramos, es que aún hoy hay quien se arroja de la cascada de
Kegón, donde hace varios años se lanzó Misao Fujimura (estudiante de filosofía)
En la
actualidad son numerosos los casos de suicidios por intoxicación con drogas, y
éste es un tema que requiere una profunda reflexión. Es preciso hacer
comprender que aunque primeramente ingieran pequeñas cantidades de narcóticos,
de ello pende su vida futura.
También
quisiera prevenirles a los periodistas que se abstengan de elogiar estos hechos
son actos irresponsables y cobardes. 14 de Enero de 1950